Cuando el agua alcanza los 0° C o menos, empieza su proceso de congelamiento teniendo como resultado la expansión del líquido y su aumento de volumen, con lo que incrementa la presión en tuberías pudiendo tener como resultados fisuras y roturas.
A continuación, te presentamos una serie de precauciones para tomar y así evitar daños en tuberías:
- Aísla instalaciones:
Utiliza material como lana de fibra de vidrio o mineral, o caucho sintético para envolver las tuberías expuestas al frío
- Vacía las conexiones:
Corta el suministro de agua de piscinas, aspersores o similares. Retira y guarda todas las mangueras que se usen en jardines y terrazas. Asimismo, cierra la llave de paso de la toma que esté en áreas exteriores.
- Vigila y repara fugas:
Un escape de agua es un punto crítico de congelamiento. Soluciona estos goteos para evitar complicaciones futuras. Las grietas en paredes en las que hay fontanería también son clave. Séllalas, así se evitará un descenso mayor de la temperatura al interior de tu casa.